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viernes, 13 de noviembre de 2015

Teatro del Noctámbulo y el mito de Edipo

VIERNES, 13 DE NOVIEMBRE DE 2015
20:30 HORAS
TEATRO ALKÁZAR

EDIPO REY
Teatro del Noctámbulo
Tragedia



Edipo reina en Tebas contando con la veneración del pueblo y el amor de Yocasta, la viuda de Layo, el rey muerto, ahora convertida en su esposa. La ciudad está asolada por numerosos males y sus habitantes acuden a Edipo para que interceda por ellos. Desde Delfos, desde el altar de Apolo llega la noticia, traída por Creonte, que señala a quien mató a Layo como causante de todos los males. Sólo su castigo salvará a Tebas.
Edipo se compromete ante el pueblo con castigar al culpable. Tiresias, el ciego adivino, previene a Edipo y le ruega que mida sus palabras porque su destino está señalado por Apolo. Tras la muerte del rey de Corinto, Pólibo, al que Edipo considera su padre, una terrible verdad llegará hasta el trono de Tebas: Edipo es el causante de la muerte de Layo y Yocasta, la viuda y esposa de Edipo, es realmente su propia madre.
Ante este horror, Yocasta se quita la vida y Edipo ante el cadáver de su madre y esposa, se arranca los ojos desesperado y reclama el castigo que él mismo prometió para el culpable y así salvar a Tebas.

EDIPO REY, DESDE LA PUESTA EN ESCENA

Tras el contacto que mantuve con Sófocles, dirigiendo Ayax y a Teatro del Noctámbulo, mi relación se estrecha un poco más con el autor a través de otra de sus tragedias, Edipo Rey, la obra magistral de Sófocles, perfecto en su estructura, sublime en su poesía y potente en su presentación de los personajes. Pero en el fondo es un cuentacuentos y la historia de un hombre, un ser humano con todo, sus virtudes y defectos. No es solo su destino ni los dioses los que le llevan a su perdición sino un defecto fundamental en su carácter como hombre, es decir, su rabia incontrolable y fulminante. Mata a un desconocido que se pone en su camino por su falta de auto-control. Es un crimen sangriento e injusto, y el precio que tiene que pagar por este acto frenético es caro y trágico.
Pero es el hombre Edipo el que nos conmueve y sus intentos de deshacer lo que ha hecho; con la aceptación de que no tiene marcha atrás asume su terrible castigo y él mismo se impone su pena.
Pero ciego se ve con más claridad, y a través del sufrimiento tiene más luz. Pasando por su noche negra descubre la razón y el sentido real de la vida.
Hay bastante en común en la historia de Edipo con acontecimientos que pasan hoy día en el mundo, pero con una gran diferencia, los que abusan del poder y cometen crímenes no se arrepienten. Siempre es culpa de otros. En el caso del gran héroe griego, reconoce que la culpa solo la tiene él, ni siquiera responsabiliza a los dioses.
En mi lectura como director no voy a demostrar a través de la puesta en escena ningún paralelismo contemporáneo. No hace falta porque Sófocles lo dice todo, él ha entendido perfectamente que el hombre es universal y cualquier hombre de cualquier época, raza o religión es capaz de cometer los mismos errores, los mismos crímenes.
Pero eso sí, nos muestra también su esperanza de que algún día no sea así, de que el ser humano se dé cuenta que el camino hacia la tragedia y el desastre es la maldad, mientras que el camino hacia la armonía y felicidad es la bondad.

Denis Rafter



Entrada: 6 euros (carné joven: 4 euros)
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